7.21.2010

"Lleva mi sombra vana y guíame dentro de tu retorcido laberito hacia el pozo del pecado... te juro que siempre te amaré."

Durante meses fuiste la razón de mi existencia, durante meses fuiste mi primer pensamiento al despertar, mi suspiro durante el paso de las horas hacia el ocaso, y la última imagen que veían mis ojos antes de sucumbir al profundo sueño de la noche. Desde el primer día, desde aquél primer día donde tuve el conocimiento de tu existencia, no pude evitar caer ante tus encantos. Tu dulce y cálida voz, tu suave y deliciosa piel, tus hermosos y cristalinos ojos y tu extenso y brillante cabello negro me hicieron caer rendido. Y sigo sin explicarme cómo todo esto pudo haber sucedido.

Aún recuerdo aquella tarde, donde todo dejó de ser una simple fantasía para mí, donde "nosotros" se convirtió en una realidad. Aquella tarde donde me hiciste sentir querido y especial, donde apagaste mi mortífero sufrimiento y a cambio encendiste otra llama en mí, una llama de pasión.

Me costó trabajo aceptar lo sucedido, me costó trabajo digerir aquél encuentro tan exquisito y perfecto, pero decidí entregarme a tí, decidí acabar con mis miedos y con mi cobardía de no poder enfrentar aquello que puede afectarme ya sea positiva o negativamente. Por primera vez, esa extraña confianza en mi mismo comenzó a brotar y me llenó de suficiente valor para declararte todo el amor que te tenía guardado. Y sin esperarme nada a cambio, confesaste del mismo modo tus sentimientos hacia mí.

Éramos el deseo de lo prohibido.


Éramos aquello que no debía de ser, pero ¿acaso tenía importancia? El mundo tiene sus reglas, sus prohibiciones y tabúes, nosotros en cambio, éramos un caso aparte, lejos de ese incomprensible mundo autodestructivo.

Perfecto, estábamos en un mundo perfecto, jamás pensé que podría "romper mi muro" y abrirle mi espacio a alguien, pero tú lo lograste, con ese simple destello que provocan tus ojos rompiste cada ladrillo. Yo era feliz a tu lado y tú eras feliz a mi lado.

No importaba esa pequeña diferencia de edades, sólo unos cuántos años nos separaban, pero tristemente eso terminó por romper todo.

¿Por qué terminó? ¿que fué lo que sucedió? ¿que te hizo tomar esa decisión?

Aún no lo sé, y para serte sincero, sigo buscando el motivo.

"Porque hasta la fortuna tiene fecha de caducidad..."

Y eso fue lo que terminó por destruir el mundo perfecto que habíamos creado. Ese frío y desgarrador adiós fue como una lluvia de meteoritos que bombardearon sin piedad aquél hermoso mundo que sólo nos pertenecía a los dos. El mundo se partió en cachitos y se esparció en todo el cosmos.

Pero ¿por qué tuvo que suceder? de nuevo sigo cuestionandome. Sigo sin poder resolver el acertijo de tus frías palabras, y durante muchas noches he tratado de olvidar tu recuerdo. Pero no he podido por más que lo intento, sólo quiero dejarme arrastrar por el río que forman mis propias lágrimas hacia un abismo inexplorado, pues sólo así podría acabar con ese deseo intenso que implica anhelar con refugiarme en tus brazos, perderme en el brillo de tus ojos y ahogarme en tu mar de besos.

Eres el cielo donde nacen todos mis sueños, eres esa estrella perdida que ilumina el lado oscuro de mi ser, la brisa tierna de cada amanecer y la todavía tenue pero existente esperanza de mi alma desolada.

Quizás el remedio sea tan simple. Quizás deba buscar a otra y olvidarte poco a poco con besos ajenos a los tuyos. Y créeme que lo he intentado, pero por más que busco, no encuentro a alguien que sepa quererme desde el primer instante como tú lo hiciste. Y a pesar de esta necesidad tan grande de apartarme de tí, tu nombre es lo único que retumba en mi cabeza.

Quiero olvidarte y estoy dispuesto a hacerlo.


¿Pero cómo? no puedo estar con alguien más porque no encuentro persona alguna que se interese por esta alma desteñida y rota. Y con el paso del tiempo empiezo a adherirme cada vez más a tu recuerdo. ¿Cómo podré ver otros ojos que no sean los tuyos? si sólo en ellos puedo ver reflejados mis anhelos y sueños ¿cómo podré tocar piel que no sea la tuya? si tus manos rozando apasionadamente cada centímetro de mi cuerpo es quizá el recuerdo más hermoso que me queda, el recuerdo de una desenfrenada noche de locura y deseo carnal, donde te hice mía, solamente mía y de nadie más.

Pero ahora sólo quedan ecos.

Ecos de un amor que rompió las barreras del tiempo y cruzó el cielo como el destello más bello de un arco iris. Ahora, al abrir los ojos y ver que tú no estás, grito tu nombre pero sólo un leve murmullo retumba el silencio... ya sólo es el eco de un amor que agoniza lentamente.

Extrañamente hoy volví a recordarte, a obsesionarme contigo y a desearte como la primera vez. No sé si esto sea producto de mi depresiva soledad... sólo se que es hermoso.

"La lluvia cesó y tras de sí dejó un tenue, extraño y delicioso aroma de mujer, un aroma tan dulce como el néctar de la más bella flor..."

C♥

No hay comentarios: